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Una pequeña visita al tranquilo pastizal del fondo

Poemas estereoscópicos

Instrucciones: 

 

1. Relájese. Está a punto de revisitar tiempos y lugares que probablemente ya olvidó, tenga paciencia. La palabra es tiempo y espacio.

 

2. Concéntrese. Fije su vista en los puntos (tropos, dirán los enterados) que hay debajo de las imágenes. A continuación cruce los ojos e intente superponer el tropo izquierdo sobre el derecho (o viceversa, si así su espíritu lo prefiere), de tal manera que al centro construya una tercera imágen, tenga paciencia.

 

Si ve muchas imágenes sin poder enfocar ninguna, trate alejándose y acercándose de su monitor. Hay una oscura relación entre la distancia a la que se observan los pares estereoscópicos y quien los observa.

“Re”

en La cámara verde, de Periódico de Poesía, abril 2012

 

Cristina Rivera Garza

 

Dice el poeta y artista conceptual Efraín Velasco que, de un tiempo para acá, hace su trabajo con singular alegría. Y se le nota. Ya por sesuda reflexión sobre la materia con la que trabaja o ya por el no menos intenso método del objeto encontrado, Efraín ha combinado su experiencia en museos y archivos y en la página misma para poner a funcionar sus curiosas máquinas estéticas que, no por hermosas, dejan de tener un peso cultural y político de relevancia para la comunidad. El trabajo con imágenes estereoscópicas que comparte con los camaraverdinos de abril inició hace tiempo, cuanta, luego de asistir a la presentación de un fondo fotográfico registrado por exploradores del siglo XIX, empezó a hacerse preguntas sobre “qué pasaba con el texto puesto en el espacio, con el texto vuelto tridimensional pero no en un sentido volumétrico”. Dice a manera de introducción para su entrega de este mes: “Entiendo que, a manera de una imagen icástica, en los pares estereoscópicos, el cerebro convoca una tercera imagen que sólo existe de una manera más íntima, entonces irrepetible y fugaz. Un poema dispuesto en la forma de par estereoscópico, opera en el límite de lo legible, pues  la intermitencia entre su plano de expresión física –en la impresión visual de las grafías– y en el plano de contenido –en tanto que el conjunto textual pretende un sentido en la lectura–, requiere de un lector dispuesto, no sólo a realizar el esfuerzo de ver el texto y de leer el poema, sino también uno que guste del vértigo de esta discontinuidad en loop”. Yo le dije que ésta era una forma bastante reflexiva de pedirnos que hiciéramos bizcos para apreciar el momento en que la imagen y el texto se vuelven uno en ese espacio íntimo de lo que sólo puede ver uno. 

 

 

 

Enlace al texto.

Blaffer Art Museum, Houston, EEUU, 2014. Postales con poemas bilingües, 6 x 11 cm. Trad.: John Pluecker. Impresión fotográfica, 90 x 60 cm.

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